Mi cabeza nunca descarta la posibilidad de irme.
Irme lejos o cerca, me da igual.
Pero alejarme de toda la gente que veo siempre,
de la gente que me conoce y habla.
Alejarme de mis pensamientos
y de las caras conocidas.
Queriendo empezar una nueva vida,
siendo una desconocida
hasta de mi propia conciencia.
Sería la opción más fácil.
Borrar todo, empezar de cero,
como si hubiera nacido de nuevo.
Como si no tuviera asquerosas almas
vivientes a mi alrededor,
ni destructivos complejos,
ni si quiera en lo que pensar.
Una recién bienvenida
con cambios de partida y estado.
(Y existencia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario