"Nunca te aferres a las personas, 
 aprenderás a vivir sola", 
       dice mi madre.

Nunca te aferres a alguien que pueda hacerte daño,
la vida sigue y nadie espera por ti.
Ni eches de menos aún estando de más cada noche.
No es bueno sufrir por alguien que no merece tu sentimiento
ni tu dolor.

Aún cuando la muerte nos salve, yo seguiré llorando sus letras, recordando sus caricias, atando su voz a la mía, tocando su cruel y puro corazón...
Agonías que se desquebrajaban entre mis dedos, ¿porqué me deje sangrar para ella?, ¿porqué volví a por ella? Resignarme por ella. Petrificada en su dulce y pálida piel, se atormenta de mí. Porque, de todas formas, sigo siendo el estorbo que en vivo fui, sigo pareciendo la tonta e ingenua chica que era más lista que su hambre por vivir. Y esa inteligencia acabó con ella, derramó su virtud, despertó el hielo, el frío en sus entrañas, despertó muerta y a la muerte en vida.

Creo en ti

Mucho brilla allí la luna cuando el sol interrumpe por la mañana, mientras los pájaros cantan acompañando su rumor con el mío, mientras el suspiro es suspiro y un beso se escucha en verso. 
Creamos tu y yo plenitud y recuerdo, cómo cuando nuestras manos entrelazadas viajaban al tiempo.
Apagando nuestra cordura prometimos amor, cielo y fuego.

El negro rubor del cielo,
tiñe las solapas de mi cuerpo.
Las tiñe de verde menta,
de verdad esperanza
y de una espera incontrolada.

Más, si a la tímida sombra,
la busco y la encuentro...
No hallo nada, y de nada,
yo me alimento.

Porqué desaparecer de este embrujo?
Si solo le rendí tributo al principio,
si solo mis manos recordaban las tuyas,
porqué no volver al principio?
Porqué no ser los desconocidos que fuimos?

Pasado

Aún cuando miro al pasado,
y sé que ese pasado es mío y me pertenece,
solo son sombras lo que me aparecen,
recuerdos que en su día fueron testigos
de un olvido que se hace trágico en el presente.

Y me pregunto, si todavía, ese pasado se pudiera armar de valor,
y volviera, con esa misma intensidad y énfasis con que lo hizo.
Si pudiera volver a arrastrar y abrir la prohibida caja que lo es ahora.
Que trajera de nuevo, aquellas sonrisas y nostalgias que en su día saboreaban el paladar de mis
sentimientos.

Abriendo la puerta

Las luces se apagan,
la música se enciende,
se acopla a mis oídos.
Y entonces, mi cuerpo comienza a despertar,
a hacer reacción con el mundo.

Hoy he preparado un arsenal de palabras que evocan a ti.

Se precipitan sin saber de arrepentimiento ni perdón.

Como si fueran tus caricias el viento que azota mi cara.

Palabras que empiezan y terminan

en mi boca, en mis labios.

Que penden de unas manos, las mías,

que si caen, caen conmigo.

Que si juegan, juegan contigo.

A veces, cuando te resbalas por mi oído,

cuando es tu voz, la dueña de mi olvido,

solo recuerdo que estoy contigo

y que lo demás me parece un vacío.

Vacío que siento y se prolonga sin sentido

al ver que el arsenal muere si no

estás conmigo.

Apareados

Todo comienza con el encuentro de nuestros cuerpos.

Se agitan, se excitan e impulsan a nuestras almas a vivir,

a querer recordar como acariciamos las ganas, 

como agarramos los besos, entre dientes, entre lenguas,

entre labios que no se quieren pronunciar.

Apareados entre las letras del amor,

apareados por y para amarnos.

Hacer del placer el amor de follarnos.

Hacernos agua, que resbala nuestros cuerpos,

que nos conduce a estremecernos, 

a desaparecer por momentos de los brazos de cada uno.

Obsesionarnos, apagarnos del mundo,

encendernos en gemidos,

estallar en mil sentidos.

Quiero temblar de placer,

quiero sentir el orgasmo

como corre por mí,

y como me corro 

cuando te miro a ti.

Despertar y ver tus ojos nebulosos,

llenos de futuras caricias,

futuros abrazos,

futuros quejidos de pasión.

Quiero beber de ti

cuando me haces el amor,

y quiero hacerlo tan lentamente...

Que notes como palpito 

cada vez que me llevas al cielo.

Quiero abrirte mis piernas,

como si fueran las puertas del paraíso

y saborearme como yo saboreo de ti.

Hacernos uno, juntando nuestros sexos,

compartiendo nuestras esencias,

nuestras almas,

fundiéndose nuestros corazones,

llegando al unísono a

evadirse de todo.

Invitarte a mis brazos

y no soltarte jamás,

mientras nos hacemos el amor,

mientras nos follamos las mentes

y llenamos de colores nuestras vidas.