Ahora estoy sola en un mundo donde tanta gente me rodea y poca me aporta.
Haciendo mi camino con sólo dos pies,
me creé a mi misma y en este momento soy musa solitaria de mi propio destino.
Ya no depende de nadie ser o estar,
he convertido en un hielo caliente mi cuerpo,
de hierro candente y sangre nítida.
Tranquila me hallo en un silencio que tarde o temprano hablará.
Materializo la sonrisa que tengo sólo esperando encontrar personas que me hagan vivir y pueda derretirme a risas con ellas.
De la mano no puede caminar el hombre,
si la otra mano no es correspondida.
2 comentarios:
Hermoso texto, la soledad en muchas ocasiones es necesaria, en otras es una cruel asesina.
Un fuerte abrazo.
Joder, las últimas dos frases. ♥
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