cuando sus dos cráteres vacíos de amor
son los que me observan.
Permanece igual de sola que yo,
perdiendo el destello de su dulce luz.
Somos reinas de la noche y fantasmas de día,
hablando con nuestros espejismos
y sin tener que responder.
Ella sólo me mira, callada,
como si le saliesen lágrimas de los ojos...
2 comentarios:
Precioso, y a la vez deja ver un poco de tristeza.
Que hermoso!
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