Hoy escribiré como prefacio a mi vida,
con ojos nuevos que ya no miran al pasado,
ni tampoco se percatan del futuro.
Sólo se estancan en un presente que de todas formas,
me parece incierto y sin destino, pese a creer en ello.
Quiero un nuevo prefacio contemplado a otro hombre,
como he contemplado algunos o incluso mejor,
con esas ganas de ser o no ser, que acabará no siendo.
Pero sólo quiero observarlo, acariciarlo con la mirada,
cada gesto, cada articulación de sus miembros y recibir
de él sus ojos, cuando me poseen.
Imaginarme vanas esperanzas o incrédulos mañanas,
sabiendo que no serán y que nunca ocurrirán.
Quiero volver a tener la atención en alguien o de alguien
aunque no seamos nada, solo palabras, solo miradas
o solo voces.
Ese prefacio debe de construirme la voluntad, la valentía,
la lucha, la indiferencia y el respeto.
Debe mutilar mis miedos y vagos pensamientos, y hacerme
de hierro y valor, porque debe de ocultar mis sentimientos y mis sufrimientos.
El prólogo que debe de cogerme la mano y mantenerme fría, inerte y conscientemente entera.
Para aguantar, seguir, proseguir, y autohumillarse en la vida.
con ojos nuevos que ya no miran al pasado,
ni tampoco se percatan del futuro.
Sólo se estancan en un presente que de todas formas,
me parece incierto y sin destino, pese a creer en ello.
Quiero un nuevo prefacio contemplado a otro hombre,
como he contemplado algunos o incluso mejor,
con esas ganas de ser o no ser, que acabará no siendo.
Pero sólo quiero observarlo, acariciarlo con la mirada,
cada gesto, cada articulación de sus miembros y recibir
de él sus ojos, cuando me poseen.
Imaginarme vanas esperanzas o incrédulos mañanas,
sabiendo que no serán y que nunca ocurrirán.
Quiero volver a tener la atención en alguien o de alguien
aunque no seamos nada, solo palabras, solo miradas
o solo voces.
Ese prefacio debe de construirme la voluntad, la valentía,
la lucha, la indiferencia y el respeto.
Debe mutilar mis miedos y vagos pensamientos, y hacerme
de hierro y valor, porque debe de ocultar mis sentimientos y mis sufrimientos.
El prólogo que debe de cogerme la mano y mantenerme fría, inerte y conscientemente entera.
Para aguantar, seguir, proseguir, y autohumillarse en la vida.