Crece como persona, pasito a pasito,
cómo si fueran peldaños,
pasos grandes ininterrumpidos,
aferrándote a los obstáculos superados,
a las desgracias superadas,
a los resultados obtenidos,
a las carencias que faltan por llenar.
Y sobre todo a las consecuencias de ser
la persona que eres,
la que dictamina lo que diga tu corazón.
Inspira fuerza, libertad
y construye tu realidad.
Tus ideales que no desvanezcan.
Que se aprecie tu presencia,
la corriente por tus venas de luchar
y continuar el camino.
Mientras el aplomo se note
en unos pies hechos del hierro del pasado.
Crece siempre con el corazón abierto
y la mano dispuesta a tenderse en otra.
No esperes que nada ni nadie venga a por ti,
si vienen es cosa suya,
sólo espera tus efectos, tus conclusiones
y todas tus acciones.
Piensa mucho, muchas cosas pero
sólo di lo adecuado o desborda.
Espera a ser tú y a crearte de tu esencia.
Porque tú vales y dependes de ti mismo.
Tu mundo eres tú y el mundo se concentra en ti y en tu vida.
Tienes el poder de cambiar, de sentir, de amar, de reír
y simplemente de vivir.
Deja huella, te lo mereces, la huella que quieras,
con cada pulso, cabeza y respeto.
Que provenga del corazón y sea sólo tuya.
Deja la huella que llevas dentro,
dejála en el fondo de tus recuerdos
e imprímela en los demás,
a la moldura de tus sueños y metas.
Porque ese será tu legado.
el legado de la grandeza de haber sido lo que siempre has querido.
De crecer siendo lo que eres y seguir creciendo
para mejorar como persona, como amigo, como pareja
como mujer y hombre.
Por todos nosotros y por este mundo que lo necesita.
Simplemente te pido que crezcas y habrás la mente a nuevos rincones.
Crece con el corazón abierto
y la mano dispuesta a tenderse en otra.