Night time, my time

Esta semana, la noche se ciñó sobre mi cuerpo. Las heridas no cicatrizaron en mi dañina alma, y el aire dejó de soplar por mis venas. Descubrí miedos y falsas ilusiones, me sentí culpable de dudas y efímeras amistades pérdidas... Me volví a sentir sola en aquella tempestad, y como siempre intento bailar disimuladamente entre la gente. Pero una ya se cansa, no se ve interesante volar sin ser dejada, amarrada a hilos de tristeza y lejanía, crucificada entre ensoñaciones, sueños y realidad. 
Demasiado versátil, variable, demasiado yo. Doble cara la que intenta ocultar en este baile, mientras la oscuridad la mece hacia un presente del que no tiene futuro y ni lo encuentra. Mientras no acabe este baile, hago del recuerdo. Mientras la noche se haga noche y se desfogue con mi cuerpo... Mientras... I´m fine.

La noche me confunde. Aviva mis débiles demonios. Soy yo. Soy de la noche.
Can you see the dark in her eyes?...

Calles del Averno

(Maldita sea, maldita sea mi vida!)

Maldita seas... 

No quiero volver a escucharte, ni volver a verte... Esa envenenada voz! eres tan vil y yo tan débil... deja de jugar conmigo, no te aproveches de mí! soy una pobre enferma, demente cada vez que me hago caso, déjame en paz! No quiero llegar a la inconsciencia pensándote, quiero huir...salir de mí... 

Por más pasillo y pasillo que corra, por más que arañe y sangre, por más que golpee estas paredes y resbale al frío suelo nada cambia, estoy encerrada aquí, sálvame! 

Lágrimas destiladas dejan su rastro, dejan mi locura. -No más, no más-. Y porque nadie me ayuda? porque no me entienden? porque estoy tan casada de que me utilicen? Dios, si existes ten piedad de mí!. Siempre me digo que aguante, que el tiempo lo cura todo. Tendré paciencia para ver como cada uno de vosotros caéis por el precipicio que estoy cayendo yo. Malditos seáis todos y cada uno de vosotros que no dejáis morir a las apariencias y os olvidáis de los vestigios del corazón. Os convertís en hilos rotos de fantasmas que fuisteis en un ayer tardío. 

-Dejad de mentirme, dejad de existir-. Quiero estar sola, más sola de lo que estoy en esto. Quiero gritar, vencerme. Prefiero olvidarme de mí. -No puedo! No hay una puñetera salida! -De nada sirve llorar! -Esto no existe, nada existe! -Estúpida, deja de llorar y suspirar, sigue corriendo, sigue muriéndote cada vez más! Por favor, dejadnos libres a mí, a mi existencia, a mi alma!

Dejadnos vivir de una vez por todas...

Recordarme como vuestra amiga, porque el día que sea feliz y muera, seré vuestra peor enemiga. 

Fría, inexistente.

Maldita sea yo.

Belleza enferma

Estigmas de soledad anónima me recuerdan lo incapaz que puedo llegar a ser y lo poco que puedo dejarme convencer por mí misma. "Recuérdese, recuérdese"
No puedo mirarme al espejo sin sentir que será de mí mañana, que peor cosa vendrá un día de estos, que continuos nervios seguiré teniendo. Cuántas más verdades tengo que ocultar. "Eres un libro abierto, debes de escribirte y leerte".
Incluso un libro que tendré que leer y leer, volverlo a empezar, saltar capítulos... hasta quemarlo, poco me importa de él, es insoportable. Poco me importáis vosotros, yo sólo quiero nada. "Valórate, imita poco"
Es fácil ver las cosas desde una perspectiva positiva, pero más fácil es la dualidad del masoquismo, y la adicción al ojo negativo. Es como un grifo abierto, del cual penden lágrimas de humanos, nunca se cierra, siempre se recuerda, se lleva y se vive por dentro, y sólo se escucha si has caído en la trampa de voces risueñas que culminan en la mente. Ese molesto ruido de agua corriendo, que conlleva a la ruina del momento, al derrumbe del cuerpo. Y que si le das más fuerte, todo se prolonga más con más fuerza, haciéndote ver peor, susurrándote que tu vida se acaba, y si no lo cierras, todo volverá a tu mente. Llegas a un punto, a un instante que prefieres olvidarte de ti, de todos, y de tus putos problemas. Dejas de existir, tu particular infierno se apiada de ti, pero el grifo sigue abierto y quizás nunca deje de llorar.

sad eyes

Niñas que se sienten dueñas de su destino llevando un demonio dentro...

Niñas que juegan con el fuego bendito de su protector.

Niñas que se sienten hijas del mal.

Las niñas a las que el demonio cogió y se adueñó de ellas, jugando con su realidad, coherencia y libertad. Las que están en la prisión y presión de unos brazos oscuros, maltratadores de noches infernales y frías, desoladas de amor y paz. Somos esas niñas que cobijan los duendes del paraíso neutral. Míralas, con sus ojos tristes y famélicos. No pueden, no saben, no quieren. Aprendieron que a la muerte no hay que temerla, rozó demasiadas veces sus angelicales rostros. La muerte las miraba a los ojos cada vez que sentían ese frío por sus huesos, esas lágrimas calientes por sus mejillas. Se sentían morir bajo sus sábanas. 

Pero aquellos brazos que tanto odiaban sólo estaban ahí para ellas.