re-nacer, re-hacerse ante la violencia de todo este mundo

19 dic 2021

Reparación


Unos brazos caídos cuelgan desde los hombros, desnudos de vergüenza, expuestos a la luz de una vela.

La señora que proviene de la naturaleza le dijo a través de sus ojos, hablando por su iris, que su cuerpo necesitaba hacer algo, dar energía, sacar lo que llevaba dentro. Estaba pletórico de una energía que se lo comía.
Y en la piel de cada codo empezaban a echar raíces, a tejerse una enredadera de camino al corazón, de flores, de hojas, de mariposas.
La naturaleza la quería.
Ella se dejaba querer y levantaba los brazos al alto cielo. Y la luna quería salir y contemplarla. Quería bañar sus brazos de luz, hacerla suya, de su polvo, de sus grietas.
Y esos brazos le bailaban el agua, le mojaban las estrellas.
Se producía la danza del martirio, la danza de redimir las penas, de acallar los demonios, de reparar los latidos de su cuerpo. Y la luna le sonreía, apagándose en un adiós, dejando salir al rey Sol.
El rey Sol la besaba acostada en la tierra, la besaba por todos lados, le daba calor por todos los rincones, la nutría de vida, le quitaba el frío y esos brazos cogían calor, ya no eran macilentos.
El triunfo del Sol le pintaba lagunas de lágrimas, le regaba el alma. Acariciaba sus recuerdos y los envolvía de protección.
Ella quería al Sol y él la quería a ella. Ella quería vivir y el Sol le daba la vida.
Ella se deshace si el Sol la toca demasiado, pero solo por el bien de arder sus demonios.
Y la vela se apaga, y los brazos se aquietan, se relajan en un suelo lleno de espejos rotos donde cortan sus manos y pintan sangre viva por sus dedos, los chupa y vuelve a ser ella, llevando la luna, llevando el sol, llevando el yin y el yang. El negro, el blanco y el gris.

9 dic 2021

Reflejo

 


Hay luz en mis ojos,
tienen un brillo tan bonito
que me da miedo.
Me emociona ver que viven,
que se estremecen e ilusionan,
que se refleja mi alma en ellos.
Un alma que se cura 
y se recorre en ellos, 
en mi rostro y renueva todo mi ser.
Todo lo que me dió la naturaleza
me va tan bien, que aparece el verde
escondido de los ojos, como si fueran ocasiones especiales.
El espejo me devuelve armonía y descanso, un esplendor nuevo.
Qué reflejo, qué imagen, que voy mejorando como el vino.
Encapsulada en mi propio cuerpo, me maduro, como una uva en la parra, al sol, como una manzana roja cogida con la mano, acariciada y arrancada delicadamente, agradeciendo a su árbol aquel fruto que tiene la misma existencia que yo.
Mi pelo crece, mi pelo se enrojece cuando sale al alba de un nuevo dia, igual que mis mejillas al reirme, que se tuestan de regocijo, de los pequeños placeres, de meros detalles.
La naturaleza me hizo esperar para dejarme ser yo, sin artificios, 
sin maquillajes ni cambios de color. 
Esa soy yo. La misma que se mira ahora y ve la plenitud de la juventud, 
la chispa de la vida que se alimenta 
de su mirada y la que coge años 
al igual que experiencia y sabiduría.
Ya no soy una desconocida, 
ya no soy una invención, 
ni un espejismo. 
Ya no soy esa mujer artificial. 
Soy yo, con las pruebas de la vida, 
con los aprendizajes en cada poro de la piel. Pero con ese brillo tan saludable que deja ciego y hechiza sin querer ser hechizado.
Si pudiera abrazar mis ojos que se han dejado florecer abrazando la oscuridad, si pudiera tocar esa radiante luz... pero me contento con reflejarla en los demás.
Quién aprecie desde donde le miro, desde donde le observo.
Saboreo volver a escribirme como un bálsamo, como un baño caliente de espuma que me deje el cuerpo caliente y descansado.
Saboreo ese aleteo de pestañas, que vuelan alto, tan alto, que me hacen no caer ya en el abismo de la negación.

7 dic 2021

Encuéntrame

 

Como un ciego se engaña con el placer de tocar sin ver, así nos mienten.
Como un placebo de querer sin poder tener, así nos mantienen.
¿Y qué hay que tener? ¿Y qué queremos poseer?
Solo llenamos los vacíos con más aire, y dan frío.
No hay esencia que nos nutra.
Dejando una sensación de abismo que ni el ciego puede llenar con sus manos en nuestra cara.
Pero me encuentro, me reencuentro cada mañana cantando con la música,
bailando si hace falta, pero solo canto y me dejo llevar. 
Música alegría de vivir, ánimo diario, luz de sol, aire que poder respirar sin tapar la boca.
Instantes donde no hay ceguera ni efecto placebo.
Se ve la claridad por los huecos del cielo,
y yo me veo reflejada en él, mudando en él.
Sin identificarme con lo que se proyecta desde lo que no es básico y natural.
Pies al suelo a echar correr, a empaparse y rebozarse de tierra.
Corre junto a mí y dile adiós a este mundo 
que nos pintaron con brochas rotas, con pintura deshilachada.
Que se ven los entresijos de que esa verdad no nos hace libres.
Abre el hilo de la mentira y coge la mano.
Una mano acompañante hasta que se escurra de amor y te deje en libertad.
Libertad para vivir la vida sin las sombras que la apagan.