Ni la vida, ni la muerte, ni siquiera el sentido común te aferran a algo como lo es tan fuerte y desmesurado el amor, en el estado más puro, cuando llegas al enamoramiento. Amando hasta que la muerte separe, hasta que los árboles dejen de crecer, hasta que la vida termine, dejando en su espesura las hojas que algún día de ese momento fueron testigos de las más pruebas que el amor pudo hacer por vosotros dos. Que aunque por mucho que pasen los años y las huellas de la tierra convertidas en vida, amar en la eternidad sólo es cuestión de que aún muertos y en carne viva, el amor hiera.
re-nacer, re-hacerse ante la violencia de todo este mundo
15 jul 2013
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2 comentarios:
Todo lo que has escrito lleva mucha razón.
Si supongo :), gracias por tu comentario.
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