re-nacer, re-hacerse ante la violencia de todo este mundo
30 nov 2012
Ayer
25 nov 2012
Te defino como mía.
11 nov 2012
De color en sepia.
Me encuentro en esta habitación vacia, solitaria, pura donde el silencio es el anfitrión en todos los casos, ocupada por dos ventanas y una mesa, en el centro me encuentro yo, mirando, esa foto, ese marco, ese recuerdo, ese momento, esa ilusión, esa vida... Soy yo la que está reflejada en aquella fotografía encuadrada en 10 años menos, enmarcada en sonrisas que no volverán, desdibujada por las esquinas carcomidas por el tiempo, allí, ella, la única criatura alegre del cuadrado en el que me encuentro, en sombra, en sol, siempre feliz. Esa chiquilla de la cara graciosa y pícara que no pasaba indiferente, la niña espabilada y mimada de la familia, que ya se apagó y murió, maduró y se largó, pero que quedó convertida en papel, encarcelada en el cristal de todas las miradas que llegan de vez en cuando a esta habitación... Esos ojos que me analizan por encima pensando que aquello no volverá, que ya pasó y que me quedé suspendida aquí, postrada en esta mesa que pronto será remplazada por nada... Me voy, ya que solo en esa habitación quedo acompañada por el silencio y la sonrisa amarga de aquel día en el que mi infancia era lo más maravilloso.
En el frío París del 83
La sombra que dejaba entrever el asfalto de la cera, el estanque de palabras de cada paso lento y prolongado de la gente, el sentimiento de culpa de las nubes, el banco embrutecido con pequeñas gotitas enrobinadas en el cuál estoy sentada, contemplando la cálida armonía de los pájaros volar y piar, los árboles que cubren mi estancia, viejos, jóvenes, aburridos de estar aquí, el riachuelo de la lluvia pasada, el capuccino medio tibio que llevo en las manos, tonta de mí por no habérmelo bebido antes... El gorrito de la buena suerte, los guantes que traspasan el frío, el dolor de dedos, las botas de pelo de las navidades pasadas... El aire que cala los huesos, el antiguo paseo de mis pies, un poco más allá puedo ver la silueta de la Torre Eiffel, preciosa, atardeciendo con sus luces a punto, las fuentes con sus aguas iluminadas por la tenue luz del sol... Me levanto, tiro la taza del café, y me dirijo a mi nuevo hogar, puerta 83, colindante al río Sena, donde todas las mañanas, en el balcón, se posan las pequeñas golondrinas de las que he entablado una pequeña amistad más bien no recíproca, donde estoy empezando a cultivar flores y donde respiro el aire parisino de cada día. He llegado, después de un paseo más no calentito, entro en mi casa, casa reciente, me da la bienvenida Bimba, la perrita más pesada y amigable de todas, me preparo para un cine en casa con ella, -Qué peli ponemos Bimba?, jaja no contesta pero espero que le guste Notting Hill jaja, película que no veía desde bastante tiempo... Aquella ya está preparada en el sofá, calentita con la manta y yo aquí, mirando por la ventana como los gatos van de piso en piso. Está empezando a llover otra vez...
10 nov 2012
Como diamantes brillaremos en el cielo...
La muerte sucumbirá todo, la perfección será lo inalcanzable, el cielo el mirador del mundo, y yo el menos punto de atención de todos. Pasar, pasar de nadie es el lema perfecto, las cosas pequeñas son las que alcanzan grandes, grandes qué? Sólo el aire lo sabrá. Olvidar, difícil elección simplemente por recordarlo... Sonar, sonar fuerte, arrastrar como el mar, romper a llorar, gritar, saltar... poder, porque cada noche callo todas las penas de todos los días que veo continuamente en estos ojos que sólo ven el mundo como realidad es: UNA MIERDA que se vuelve "diarrea" cada vez que va empeorándose, y sigo corriendo y corriendo liberando endorfinas, morfinas y cualquier cosa más, llegando hasta el límite, hasta que todo mi mundo se llame FEL, porque nunca querré acabar la maldita palabra de felicidad, ya que llegaría al éxtasis y acabaría durmiendo en el mundo del que nunca regresé ni me marché, el mundo en el que tu, yo y todos estamos destinados acabar muriendo entre cenizas, maderas y podridos, el mundo que acabaría cuando llegramos al cielo... Cosa que no fácil veo. Tanta palabreja, tanta educación, tanta cortesía cuando todos somos unos completos animales, sin sentimientos, almas vivientes que dejarán de existir cuando menos te lo esperes. Duros como la piedra, pálidos como el mármol, pero estamos aquí aguantando hasta el mejor día, hasta que digamos adiós, hasta que nos consumamos en recuerdos que se extinguirán... Hasta que nuestra última palabra sea TÚ, esa persona constante que ha ido contigo todo el largo camino y te ha dejado en la puerta para que esperes detrás de ella a cuando llegue, esa persona que dió su amor, sus gracias, su vida a ti, que desperdició todo cuanto tenía por estar a tu lado, que te motiva cada día a seguir, que estará en el final y en el principio de algo nuevo, que nos dejará, para ir contigo a la puerta, esa puerta que os guiará al fin de todo, al cielo... Que permanecerá junto a ti, que la muerte os sucumbirá, igual que a todos, que la perfección nunca nos alcanzará porque no existe, y que yo seguiré siendo el menos punto de atención de todos porque contenerte a ti me bastó. Porque todo fuimos tu y yo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Archivo del blog
-
►
2018
(3)
- septiembre (1)
- marzo (1)
- febrero (1)
-
►
2016
(26)
- diciembre (2)
- noviembre (1)
- agosto (2)
- julio (3)
- junio (2)
- mayo (3)
- abril (1)
- marzo (6)
- febrero (2)
- enero (4)
-
►
2015
(34)
- diciembre (8)
- noviembre (5)
- octubre (3)
- septiembre (3)
- agosto (2)
- julio (2)
- junio (1)
- mayo (5)
- abril (1)
- marzo (2)
- febrero (1)
- enero (1)
-
►
2014
(27)
- diciembre (1)
- noviembre (1)
- octubre (2)
- agosto (2)
- julio (1)
- junio (1)
- mayo (3)
- abril (2)
- marzo (5)
- febrero (4)
- enero (5)